El negocio de trenzado de cabello natural de Melony, Naturally Speaking, en Mississippi, tiene ahora 25 empleados y ha capacitado a más de 125 personas en el trenzado del cabello. Sin embargo, convertirse en empresaria del trenzado fue un desafío innecesario: el estado le exigió que pasara 300 horas en una clase de pelucas que ni siquiera enseñaba a trenzar; y de las 40 escuelas del estado, solo dos impartían este curso. Además, cuando quiso transmitir sus conocimientos a otras personas, se enteró de que, para obtener la licencia de instructora de cosmetología, tenía que cursar otras 3,200 horas en las que aprendería habilidades que no le interesaban y nada sobre trenzado. La feroz defensa de Melony llevó al estado a eximir el trenzado del cabello de la licencia de cosmetología. 

Cristina es uno de los cientos de empresarios cuyas pequeñas empresas corrieron peligro cuando su estado comenzó a exigir una licencia de cosmetología para maquilladores.  Cristina se graduó de la escuela de cosmetología, pero su programa de $20,000 solo le dedicó alrededor de una semana al maquillaje; su instructor incluso le recomendó que hiciera otro curso aparte de certificación para maquilladores de $400.  Después de graduarse y aprobar los exámenes, no podía pagar la tarifa de la licencia, por lo que nunca la obtuvo.  Cuando el estado comenzó a exigírsela, le dijeron que había pasado demasiado tiempo desde que se graduó, por lo que llevó su negocio a la clandestinidad para evitar multas y sanciones penales.  Se asoció con Institute for Justice para impulsar con éxito un proyecto de ley que exima de la licencia de cosmetología a los servicios de peluquería, maquillaje y secado de cabello en eventos especiales; los proveedores solo tienen que hacer un curso de cuatro horas sobre salud, seguridad y control de infecciones. 

Brandy quería comenzar un nuevo capítulo en su carrera en 2020 como especialista en extensiones de pestañas, por lo que se capacitó durante 320 horas para obtener la licencia en Texas y abrió un exitoso negocio de extensiones de pestañas. Cuando Brandy y su esposo se mudaron a Oklahoma, la Junta Estatal de Cosmetología insistió en que debía obtener una licencia de cosmetología completa antes de continuar con su negocio. Su gran formación y experiencia no significaron nada para la Junta. 

Debbie sabe mejor que nadie que el maquillaje es algo secundario en la escuela de cosmetología. Como cosmetóloga licenciada, Debbie trabajó durante años como instructora y, posteriormente, como directora de educación para una gran cadena de escuelas de cosmetología. Como ella lo describe, la escuela de cosmetología solo les enseña a los estudiantes cómo retocar el maquillaje de los clientes.  Debbie también ha visto de primera mano cómo las escuelas de cosmetología, deseosas de recibir ayudas económicas, atraen a los aspirantes a maquilladores. “Les dicen: ‘Todo lo que quieres está al otro lado de este contrato'”, nos comenta. Estos estudiantes le preguntaban a menudo cómo podían construir una carrera de maquillaje como la suya. No le dio ningún placer decirles que no aprenderían los conocimientos necesarios en la escuela de cosmetología. Esta experiencia inspiró a Debbie a abrir Faces Etc, la primera escuela de maquillaje especializada en Upper Midwest. Sin embargo, cuando el estado comenzó a exigir que los maquilladores asistieran a la escuela de cosmetología, la inscripción en Faces Etc se desplomó, ya que los graduados ya no podían trabajar legalmente a menos que también tuvieran una licencia de cosmetología. Gracias a su labor de defensa junto a Cristina, su estado eximió a los maquilladores de la licencia.

Incluso después de terminar la escuela de belleza con gran éxito, Kristin no estaba bien capacitada para una carrera como técnica de uñas, por lo que ha dedicado su propia carrera a ayudar a los profesionales de la belleza a perfeccionar sus talentos a través de la formación en habilidades prácticas.